miércoles, 11 de enero de 2017

FUERTE SAN GABRIEL

La terraza del Castillo
La mudanza de Santo Tomás de la Guayana a la Angostura del Orinoco por resolución del Rey Carlos III, con inmediata subordinación al Virreinato de Santa Fe, tuvo lugar entre el 14 de febrero y el 22 de mayo de 1764, lapso este durante el cual se construyó el Fuerte San Gabriel en la propia ribera del Orinoco, justo en una punta llamada San Felipe y que luego los angostureños terminaron por llamar Castillo, donde muy posteriormente estuvo el Mercado Municipal, la toma de Acueducto y finalmente el Mirador Angostura.
         El San Gabriel, bendecido por Fray Bruno de Barcelona, fue la primera pieza arquitectónica de Angostura y permaneció en pie hasta principios del Siglo XIX que las crecidas del río terminaron de erosionar sus bases quedando sepultado en la arena, entre rocas y bajo el concreto armado del dique o malecón que nos protege de las periódicas inundaciones del Orinoco. Vino por cierto tiempo a llenar su vacío la Cárcel Vieja casi en la falda del cerro donde creció y se desarrolló la ciudad. Su construcción durante el mandato del fundador de al nueva ciudad, Joaquín Moreno de Mendoza, costó incluida las casas donde se alojaron los pocos habitantes de Santo Tomás de Guayana, 71.684,5 reales. Su dominio del paso del río fue reforzado con la Batería San Rafael en la parte opuesta del Orinoco, vale decir, donde creció y se desarrollo el pueblo de Soledad.
         Construido en la punta pedregosa llamada entonces San Felipe y según el plano existente en el Archivo General de Indias, el San Gabriel seguía la forma de un polígono irregular, bien amurallado en la parte que se adentraba al río haciendo de bastión, separado de las secciones del Cuartel General hacia el poniente y Cuartel y Cárcel hacia el oriente, por entre ambos la galería que conducía al bastón, el Cuarto del Sargento y el área del Cuerpo de Guardia.
         A la entrada y al poniente se hallaba la Sala de recibo y alojamiento del Comandante y paralelamente al oriente el Alojamiento del condestable de Artillería y el Almacén de pertrechos de artillería. Iniciándose la construcción de la nueva ciudad, se detuvo aquí el 26 de febrero de 1764, Francisco  Fernández Bobadilla, quien por orden del Virrey de Santa Fe navegaba el Orinoco en lancha y una canoa que naufragó, para hacer un trabajo sobre las comunidades indígenas que habitaban la gran cuenca del río. Fernández Bobadilla está considerado como el primer Cronista de Angostura y él, al igual que Moreno de Mendoza, también tuvo problemas con el Jefe de Escuadra José de Iturriaga, que dificultaron su misión.





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