jueves, 12 de enero de 2017

EL PADRASTRO

Diego Tabares Haumada y Barrios, gobernador desde Cumaná para todo el Oriente y Sur del Orinoco (1745-1753), dispuso la construcción de otro Fuerte con el nombre de San Fernando o de Limones en la costa opuesta del Orinoco, bis a bis con el San Francisco, pero su construcción quedó a medias debido a lo falso del terreno. Optó entonces por reforzar el San Francisco construyendo otro Fuerte sobre una roca próxima más elevada, tal es el San Siego o Padrastro construido en 1747 y armado con artillería gruesa y liviana.
         En 1753, finalizando el gobernador de Tabares y comenzando el de Mateo Gual y Pueyo, llegó la Expedición de Límites que terminó de fortificar el Orinoco levantando una Casa Fuerte en Moitaco; el Castillo de San Felipe en Río Negro bajo la dirección del ingeniero Don Gabriel Clavero y el Reducto de Buenaguardia, construido por Apolinar Díaz de la Fuente en la bifurcación del Orinoco, sobre el Casiquiare.
         Terminada la Expedición de Límites, en 1761, José Solano y Bote visitó los Castillos e informó que estaban dotados de un Capitán comandante, un teniente, dos alferes, cien hombres de tropa, 18 cañones de 6 hasta 24 de calibre y un depósito de armas y pólvora, así como un almacén de víveres, todo lo cual hacía suponer que había mejorado notablemente. 
         Después del traslado de Santo Tomás de la Guayana a la angostura del Orinoco en 1764, los Castillos de Guayana la Vieja continuaron prestando servicio como guardianes del paso del río.
         Durante las campañas militares republicanas resultaron inexpugnables a los patriotas que pugnaron por ocuparlos desde 1812 hasta que al final, en 1817, cayeron tras el Sitio y Toma de Angostura. Entonces el Libertador estableció provisionalmente en ellos su Cuartel General. Ese mismo año el Libertador encomendó al ingeniero Passoni la construcción de otro Fuerte diez kilómetros al Este de los Castillos de Guayana La Vieja y lo bautizó con el nombre del almirante Brión. Contaba con seis cañones.
         El Presidente Joaquín Crespo les cambió el nombre de Padrastro por el de Campo Elías y al San Francisco le puso Villapol en homenaje a estos próceres de la independencia que participaron en el primer intento de los patriotas por tomar la Guayana.
         En 1975 fueron restaurados y declarados Monumentos Históricos Coloniales. En la actualidad forman parte del conjunto de atractivos turísticos de la Región Guayana. Son las únicas fortificaciones supervivientes de un pasado histórico tormentoso. De otras que levantaron los españoles, nada queda, ni siquiera el Fuerte San Gabriel erigido en 1764 en la Angostura del Orinoco.
         Cuando el famoso pintor alemán del siglo diecinueve Ferdinand Bellermann estuvo en Venezuela por más de tres años pintando paisajes, permaneció en Angostura doce días y captó en un lienzo lo que aún quedaba del Fuerte.


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