La
Expedición de Límites, aunque fue un fracaso desde el punto de vista de la demarcación
de fronteras entre Brasil y la Guayana Venezolana debido a que los portugueses
hicieron mutis en el escenario, tuvo en cambio otros logros que definieron,
estructuraron y encausaron el destino de la provincia.
Para 1756 cuando se inicia la Expedición
de Límites del Orinoco, había problemas de política internacional entre
Portugal y España y ambos reinos llegaron a un acuerdo para lograr la
definición de las fronteras de sus posesiones en América.
Desde la óptica portuguesa se buscaba
un arreglo diplomático a favor de una frontera estable, el control tanto de la
planicie central aurífera y diamantífera como del Río Amazonas, sino el Río de
la Plata por donde salía expedito el contrabando del mineral precioso –plata-
extraído del Perú y Bolivia y el cual entraba por el puerto de Buenos Aires.
Dentro de la política económica de la época
que era la del Mercantilismo, el Estado resultaba más fuerte mientras más
metales preciosos tuviesen atesorado. De acuerdo con esta premisa se llagó al
acuerdo o Tratado de Madrid que
delinea la concepción geográfica e histórica de las que son las actuales
fronteras en América y que supone un reparto de áreas de influencias: el
Amazonas para Portugal y el Río de la Plata para España, desde el punto de
vista de la geopolítica de la época.
De 1751 a 1754 se cumplieron los
preparativos de recursos y hombres para llevar a cabo una expedición capaz de
hacer efectivo el Tratado de Madrid. Tal fue la Expedición de Límites del
Orinoco formada por cuatro Comisarios al mando de igual número de tropas para
trazar la frontera en cuatro sectores de la América del Sur: José de Iturriaga,
marino conocedor del territorio venezolano que había sido director de la
Compañía Guipuzcuana; Eugenio Alvarado, otrora militar de la Nueva Granada;
Antonio Urrutia, marino experto en cuestiones navales y astronáuticas y José
Solano y Bote, marino formado en las últimas corrientes científicas y
tecnológicas del momento que había participado en una misión de espionaje naval
en Gran Bretaña y luego Capitán General de Venezuela.
En febrero de 1754 partió de Cadiz la
fragata “Inmaculada” negociada especialmente con esa finalidad. La
Expedición estaba integrada por cosmógrafos, dibujantes, botánicos y una planta
de 60 personas que luego de llegar a Venezuela se fue ampliando de manera
progresiva.
Proyecto científico
¿Qué tipo de herramienta política era
la Expedición de Límites? Para el investigador hispano Dr. Manuel Giraldo era,
fundamentalmente, la de un proyecto científico dentro del plan político de
trazado de la línea divisoria.
Los expedicionarios trajeron al Orinoco
los últimos conocimientos de la ciencia europea. Pedro Loefling, prominente
discípulo de Linneo, y quien había estado en España durante tres años, vino en
la Expedición a ejecutar estudios sobre la canela, el cacao, la quina y a
elaborar una materia médica que era la obsesión de los científicos europeos en
la mitad del siglo dieciocho: la medicina botánica. La búsqueda de la medicina
natural. El estudio de medicamentos susceptibles de poder ser utilizados a
partir de los conocimientos botánicos. La botánica nacía entonces como una
ciencia de botica.
Los expedicionarios llegaron en abril
de 1754 a Cumaná y desde esa ciudad comenzó un penoso y difícil proceso de
entrada al Continente.
Guayana había sido una región de gran
resistencia a la entrada y consolidación del poblamiento y administración
española. Esto se rompe con la Expedición de Límites. El nacimiento de Guayana
como entidad territorial, administrativa, política, social y económica es en
verdad la obra de la Expedición de Límites, aunque es admisible el fracaso del
trazado de la línea fronteriza.
La Expedición de Límites tuvo tres
grandes fases: La fase de exploración, la de los recursos para realizarla y la
transformación regional de Guayana.
Los primeros obstáculos que impidieron
el avance de la Expedición se localizan entre 1754 y 1756 cuando José Solano y
Bote trató de trasponer los raudales de Atures y Maipures en una etapa de
activación, de desarrollo de la estructura logística: red de abastecimiento, de
transporte, víveres, dinero. Es una estructura de ocupación del territorio que
avanza. Esta primera etapa pasó por un momento absolutamente crítico porque
España todavía no tenía claro para que sirviera eso y la situación era muy
grave dentro de la expedición, pues habían muerto, además del botánico Pedro
Loefling, varios cosmógrafos e infantes
a lo cual se sumaba la deserción de tropas reclutadas en Cumaná.
Del 56 al 58 se produjo una especie de
relanzamiento de la Expedición a partir de los recursos obtenidos a través de
dos emisarios enviados a España y Santa Fe de Bogotá. Se trazan planes de
ocupación favorecidos ya por el conocimiento de Alto Orinoco por parte de José
Solano que es el gran ejecutor de esa política.
Es entonces cuando la Expedición
comienza a verse como una entidad de transformación regional toda vez que se
monta una estructura de poblamiento, una estructura socio-económica y política para
Guayana de la segunda mitad del siglo XVIII.
Tratado de El Pardo
En 1761 se suscribió el Tratado de El
Pardo que anuló el Tratado de Madrid para entrar en una etapa distinta. Una
parte de los expedicionarios se volvieron a España y figuras significativas se
quedaron en Guayana. José de Iturriaga se quedó como Comandante de las nuevas
poblaciones del Orinoco. Se establecieron entonces dos Comandancias: la
Comandancia de Guayana con asiento en Angostura a cargo de Joaquín Moreno de
Mendoza y la Comandancia de las nuevas poblaciones del Orinoco a cargo de José
de Iturriaga.
A partir de 1763 aparece en Caracas la
figura emblemática y fundamental para entender la Expedición de Límites que es
José Solano como Capitán General, como administrador de la expansión española
en el Alto Orinoco y Río Negro y quien va a racionalizar todo el proceso de la
Comandancia de nuevas poblaciones.
Con la doble Comandancia Orinoco y
Guayana que suscitó diferencias entre José de Iturriaga y Moreno de Mendoza se
buscaba una reforma militar y un nuevo dispositivo de defensa verdaderamente
eficaz al tiempo que el traslado de la Capital de Guayana a la Angostura del
Orinoco (1764) y el logro de un tipo de estructura socio-económica de frontera
que permitiera una consolidación dentro de la ocupación realizada en los años
de la Expedición de Límites.
Para tales efectos se tenían mediante
una economía de guerra, proyectos para localización de minerales en la zona de
la Esmeralda que ya había sido explorada en el curso de la Expedición de
Límites por Apolinar Díaz de la Fuente, desarrollo de una explotación de
Cacaotal Silvestre del Alto Orinoco y otras iniciativas.
En conclusión, la Expedición de Límites
del Orinoco fracasó por una parte, pero tuvo resultados importantísimos para
Guayana pues se consolidó como provincia con una estructura política y
socio-económica definida.
José de Iturriaga, efectivamente, fue
el Comandante de la famosa Expedición que definió y aseguró el destino de la
provincia de Guayana y de su capital Angostura, pero el verdadero brazo
ejecutor fue José Solano y Bote, hombre de una gran voluntad emprendedora y
civilista que lamentablemente terminó linchado por una poblada de Madrid en
mayo de 1808.
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