La
Guayana primigenia llegaba hasta las costas del Río Amazonas como bien queda
determinado en la Real Cédula del 27 de mayo de 1568 por la cual se autoriza al
Gobernador de Nueva Andalucía, Diego Fernández de Serpa, conquistar el Orinoco y la Guayana.
La jurisdicción de este Gobernador
muerto por los cumanagotos comprendía “desde al Isla de Margarita al Norte, hasta
las márgenes del Río Marañón o Amazonas, al Sur; 300 leguas al Oriente y otras
tantas Norte y Sur, tierra adentro, que abarcan las poblaciones de los Omaguas
y Omeguas, con las provincias de El Dorado, a la parte del Mediodía de esta
Gobernación, en que cae por la costa la Provincia de Macarapana en los términos
de Venezuela, en cuya comarca está el Morro y los indios que llaman de Píritu,
por donde van los límites de la Gobernación de Venezuela y los indios Palenques, así llamados por una
estacada con que se fortifican, y así mismo la Provincia de Cumaná, Norte-Sur
con Margarita”.
Los relatos sobre existencia de oro,
perlas, piedras preciosas, madera, cortezas tintóreas y rescate de indios,
hechos por los conquistadores a su retorno, excitaron las ambiciones
imperialistas de algunas naciones europeas como Inglaterra, Francia y las
Provincias Unidas de los Países Bajos (Reino de Holanda). Estas últimas
establecieron algunas poblaciones en el Esequibo, amparadas en la imposibilidad
de España de defender con éxito sus posesiones.
La decadencia de España en el Siglo
XVII determinada por factores de orden interno y externo, repercutieron en sus
posesiones de ultramar. Así en la guerra contra Francia, el país galo pudo
extender el conflicto y posesionarse de las Islas Martinica, Dominica,
Marigalante y La Española (Haití). Al fin, cuando llegó la paz a través del
Tratado de Wetsfalia, España cedió a Holanda parte de sus legítimos títulos de
posesión sobre la provincia de Guayana.
Mediante este Tratado firmado el 24 de
octubre de 1648, España reconoció a los países Bajos los dominios ejercidos por
éste en tierras de América.
A partir de entonces surgió la Guayana
Holandesa. Pero en 1814, cuando Venezuela luchaba por su Independencia,
Inglaterra adquirió por 3 millones de libras esterlinas, 20.000 mil millas
cuadradas de la Guayana Holandesa, en negociaciones llevadas a cabo entre los
ministros Pitty Van Maenen. A partir de entonces desde el Esequibo hacia el Este, anexa a esa extensión
de 20.000 millas, emergió la Guayana Inglesa, formada por los
establecimientos del Esequibo, Demerara y Berbice.
De cómo Inglaterra extendió esta
posesión hasta el occidente del Esequibo desmembrando más la provincia de
Guayana, es otra historia que aún no termina y que se complicó cuando
Inglaterra reconoció la Independencia de la hoy República de Guyana.
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