Diego
Tabares Haumada y Barrios, gobernador desde Cumaná para todo el Oriente y Sur
del Orinoco (1745-1753), dispuso la construcción de otro Fuerte con el nombre
de San Fernando o de Limones en la costa opuesta del Orinoco, bis a bis con el
San Francisco, pero su construcción quedó a medias debido a lo falso del
terreno. Optó entonces por reforzar el San Francisco construyendo otro Fuerte
sobre una roca próxima más elevada, tal es el San Siego o Padrastro construido
en 1747 y armado con artillería gruesa y liviana.
En 1753, finalizando el gobernador de
Tabares y comenzando el de Mateo Gual y Pueyo, llegó la Expedición de Límites
que terminó de fortificar el Orinoco levantando una Casa Fuerte en Moitaco; el
Castillo de San Felipe en Río Negro bajo la dirección del ingeniero Don Gabriel
Clavero y el Reducto de Buenaguardia, construido por Apolinar Díaz de la Fuente
en la bifurcación del Orinoco, sobre el Casiquiare.
Terminada la Expedición de Límites, en
1761, José Solano y Bote visitó los Castillos e informó que estaban dotados de
un Capitán comandante, un teniente, dos alferes, cien hombres de tropa, 18
cañones de 6 hasta 24 de calibre y un depósito de armas y pólvora, así como un
almacén de víveres, todo lo cual hacía suponer que había mejorado
notablemente.
Después del traslado de Santo Tomás de
la Guayana a la angostura del Orinoco en 1764, los Castillos de Guayana la
Vieja continuaron prestando servicio como guardianes del paso del río.
Durante las campañas militares
republicanas resultaron inexpugnables a los patriotas que pugnaron por
ocuparlos desde 1812 hasta que al final, en 1817, cayeron tras el Sitio y Toma
de Angostura. Entonces el Libertador estableció provisionalmente en ellos su
Cuartel General. Ese mismo año el Libertador encomendó al ingeniero Passoni la
construcción de otro Fuerte diez kilómetros al Este de los Castillos de Guayana
La Vieja y lo bautizó con el nombre del almirante Brión. Contaba con seis
cañones.
El Presidente Joaquín Crespo les cambió
el nombre de Padrastro por el de Campo Elías y al San Francisco le puso
Villapol en homenaje a estos próceres de la independencia que participaron en
el primer intento de los patriotas por tomar la Guayana.
En 1975 fueron restaurados y declarados
Monumentos Históricos Coloniales. En la actualidad forman parte del conjunto de
atractivos turísticos de la Región Guayana. Son las únicas fortificaciones
supervivientes de un pasado histórico tormentoso. De otras que levantaron los
españoles, nada queda, ni siquiera el Fuerte San Gabriel erigido en 1764 en la
Angostura del Orinoco.
Cuando el famoso pintor alemán del
siglo diecinueve Ferdinand Bellermann estuvo en Venezuela por más de tres años
pintando paisajes, permaneció en Angostura doce días y captó en un lienzo lo
que aún quedaba del Fuerte.
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