La
mudanza de Santo Tomás de la Guayana a la Angostura del Orinoco por resolución
del Rey Carlos III, con inmediata subordinación al Virreinato de Santa Fe, tuvo
lugar entre el 14 de febrero y el 22 de mayo de 1764, lapso este durante el
cual se construyó el Fuerte San Gabriel en la propia ribera del Orinoco, justo
en una punta llamada San Felipe y que luego los angostureños terminaron por
llamar Castillo, donde muy posteriormente estuvo el Mercado Municipal, la toma
de Acueducto y finalmente el Mirador Angostura.
El San Gabriel, bendecido por Fray
Bruno de Barcelona, fue la primera pieza arquitectónica de Angostura y
permaneció en pie hasta principios del Siglo XIX que las crecidas del río terminaron
de erosionar sus bases quedando sepultado en la arena, entre rocas y bajo el
concreto armado del dique o malecón que nos protege de las periódicas
inundaciones del Orinoco. Vino por cierto tiempo a llenar su vacío la Cárcel
Vieja casi en la falda del cerro donde creció y se desarrolló la ciudad. Su
construcción durante el mandato del fundador de al nueva ciudad, Joaquín Moreno
de Mendoza, costó incluida las casas donde se alojaron los pocos habitantes de
Santo Tomás de Guayana, 71.684,5 reales. Su dominio del paso del río fue
reforzado con la Batería San Rafael en la parte opuesta del Orinoco, vale
decir, donde creció y se desarrollo el pueblo de Soledad.
Construido en la punta pedregosa
llamada entonces San Felipe y según el plano existente en el Archivo General de
Indias, el San Gabriel seguía la forma de un polígono irregular, bien
amurallado en la parte que se adentraba al río haciendo de bastión, separado de
las secciones del Cuartel General hacia el poniente y Cuartel y Cárcel hacia el
oriente, por entre ambos la galería que conducía al bastón, el Cuarto del
Sargento y el área del Cuerpo de Guardia.
A la entrada y al poniente se hallaba
la Sala de recibo y alojamiento del Comandante y paralelamente al oriente el
Alojamiento del condestable de Artillería y el Almacén de pertrechos de
artillería. Iniciándose la construcción de la nueva ciudad, se detuvo aquí el
26 de febrero de 1764, Francisco
Fernández Bobadilla, quien por orden del Virrey de Santa Fe navegaba el
Orinoco en lancha y una canoa que naufragó, para hacer un trabajo sobre las
comunidades indígenas que habitaban la gran cuenca del río. Fernández Bobadilla
está considerado como el primer Cronista de Angostura y él, al igual que Moreno
de Mendoza, también tuvo problemas con el Jefe de Escuadra José de Iturriaga,
que dificultaron su misión.
No hay comentarios:
Publicar un comentario