sábado, 29 de octubre de 2016

JOSÉ FRANCISCO BERMÚDEZ

Resultado de imagen para jOSÉ fRANCISCO bERMÚDEzEl General José Francisco Bermúdez, quien había participado en la Campaña de Guayana y Toma de Angostura en 1817, fue designado Intendente y Comandante del Departamento Orinoco en diciembre de 1823, con asiento en la ciudad Cumaná y José Manuel Olivares Gobernador de la Provincia de Guayana.
Pero después de siete años de ejercicio de la libertad postcolonial, el germen de la sublevación civil y militar prendió en Guayana ese mismo año bajo la gestión del gobernador José Manuel Olivares y persistió para no detenerse hasta la separación de Venezuela de la Gran Colombia.
         El 11 de febrero de 1822, el Gobernador Coronel de artillería José Ucroz, se despidió de los guayaneses con una proclama publicada en el penúltimo número del Correo del Orinoco, dejando interinamente al coronel Francisco Conde hasta que llegase de Bogotá el titular General José Manuel Olivares.
         José Manuel Olivares, caraqueño, había participado en la Batalla de San Félix, en la Toma de Angostura y actuado como testigo en el juicio contra Piar. Se hallaba representando a Guayana  en el Congreso de Cúcuta cuando regresó con el cargo de Gobernador. Olivares tornó posesión en octubre de 1823 y ese mismo año su hija Rosa Olivares Fernández contrajo matrimonio con Diego Villapol, hijo de Manuel Villapol, quien expedicionó sobre Guayana en 1811, luego que ésta retiró su apoyo a la Junta Suprema surgida en Caracas el 19 de abril de 1810.
         Los angostureños no estaban contentos con el criterio que privó en Bogotá para nombrar al Intendente del Departamento Orinoco y al Gobernador de la Provincia de Guayana tal vez por su sentimiento piarista toda vez que los nombrados tuvieron mucho que ver con el destino trágico del héroe de San Félix y, por otra parte, porque deseaban de Gobernador a uno de la propia tierra, de los tantos que habían prestado excelentes servicios durante la guerra de independencia. Ello quedó de manifiesto a los pocos meses cuando los militares Anizeto Maldonado y Félix Figuera armaron una conspiración para derrocar al Gobernador, pero ambos, al ser descubiertos, fueron pasados por las armas el 9 de agosto en la misma Plaza Mayor donde fuera ejecutado Piar seis años antes.
         La muerte de Maldonado y Figuera poco sirvió de escarmiento como se pretendía, pues el 19 de octubre de 1826 se sublevó por completo el Batallón de Cazadores desconociendo al Comandante de Armas de las plaza, coronel José Gregorio Monagas, quien abandonó la ciudad al ver que la población secundaba la acción al grito de ¡Federación!.  La Federación implicaba la separación de Venezuela de la República de Colombia.  Era un sentimiento que ya se estaba generalizando nacionalmente y que a la postre terminará liderando el General José Antonio Páez.
         “Angostura, 19 de Octubre de 1826. Al Sr. Comandante general del Departamento de Maturín (José Francisco Bermúdez).
Supuesto que anoche a las once  la tropa ha proclamada la Federación respaldada por el pueblo, se ha nombrado Comandante de Armas de esta Provincia al Sr. Coronel Gobernador Civil de ella José Manuel Olivares, por renuncia que hago a virtud de que yo jamás podré dominar semejante tumulto, y por cuanto la tropa, Jefes y Oficiales reunidos en este día me han desobedecido,  me marcho para la Capital de la República a dar cuenta de tal ocurrencia… Dios guarde a V. S. J. Gregorio Monagas”.
         Comenzamos a hablar de Federación desde el momento inicial de la Independencia. Nuestra primera Constitución era Federal. Sin embargo, Bolívar siempre fue opuesto a ella y las razones están precisas en su Mensaje del 15 de febrero de 1819 al Congreso de Angostura en el que aboga por un gobierno republicano, democrático, pero centralista, unitario, y con un poder ejecutivo fuerte, tal como quedaría plasmado en la constitución sancionada en Angostura y sobre la que se fundamentó la Carta Fundamental de la Gran Colombia.
         Sin embargo, la Constitución de la Gran Colombia no logró sostenerse por mucho tiempo debido a la inmensa extensión de su geografía y a los defectos propios de un centralismo que cada vez parecía asfixiar más la tendencia autonómica de las provincias. Desde Bogotá se imponían los Intendentes, los Gobernadores y se dictaban leyes nacionales que afectaban por igual a las provincias sin tomar en cuenta las realidades económicas y sociales de cada una como era el caso, por ejemplo, de leyes impositivas que afectaban la economía de Guayana.
         La provincia de Guayana, particularmente, estaba harta y tan pronto José Antonio Páez, jefe civil y militar del Departamento Venezolano se rebeló contra tal situación, los guayaneses no vacilaron en plegarse apoyados en la tropa que guarnecía la plaza.
         En Guayana las cosas no pasaron a mayores porque el Batallón de Cazadores, tras desconocer a su Comandante de Armas, coronel José Gregorio Monagas, abandonó la ciudad para reforzar la plaza de Cumaná que igualmente se había sublevado y quedaba a riesgo de ser sometida por el comando General del Departamento Maturín al frente del cual estaba el General José Francisco Bermúdez.
         En conocimiento el Libertador de los conatos separatistas, abandonó el Perú llegó a Bogotá el 23 de noviembre (1826). Asumió la Presidencia de Colombia que venía ejerciendo en su lugar el Vicepresidente Francisco de Paula Santander. Dictó una serie de Decretos, entre ellos, varios relativos a la Hacienda Nacional e inmediatamente salió para Venezuela a imponer el orden constitucional a través del diálogo, lo cual implicó liberar de sanciones a quienes se alzaron; pero, antes de llegar a Maracaibo en el curso de su viaje hacia Caracas (19 de diciembre), dictó un Decreto poniendo bajo sus órdenes inmediatas, los Departamentos de Maturín, Venezuela Orinoco y Zulia.
         Al regresar a Bogotá, el Libertador convocó a un Congreso (Convención Nacional de Ocaña), a fin de sancionar una nueva Constitución más adecuada a la dinámica realidad de los Departamentos. Mientras ello ocurría, ordenó a los Intendentes se desplazaran a las provincias de sus departamentos respectivos para hacer efectivos los decretos de reorganización del gobierno dictado por él.
         A eso llegó a Angostura a fines de julio el Coronel José Félix Blanco, Intendente del Departamento Orinoco con asiento en la capital  Barinas, pero no tuvo suerte, pues justo a los tres meses de permanencia estalló localmente una revuelta en contra de sus medidas dirigidas a asegurar mayores ingresos para la Hacienda del Estado y a combatir a sangre y fuego el contrabando. Los conjurados con el apoyo del Ayuntamiento, lo expulsaron de la ciudad habilitando un Steelboat del comerciante inglés James Hamilton, en tanto que el Gobernador José Manuel Olivares fue destituido y suplantado por el Alcalde Felipe Domínguez. La comandancia de Armas fue confiada al Coronel Remigio Femayor.




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