viernes, 21 de octubre de 2016

GOBERNADOR EUSEBIO AFANADOR


El Gobernador de la Provincia lo nombraba el Presidente de al República, escogido de una terna presentada por la diputación provincial. A don Eusebio  Afanador, quien había sido diputado del Congreso de Angostura, le tocó ser el primer Gobernador que tuvo Guayana tras la separación de Venezuela de la Gran Colombia.
         Las primeras elecciones constitucionales se realizaron el primero de agosto de 1931, pero antes el General Páez debió movilizarse para sofocar brotes rebeldes partidarios del integracionismo grancolombiano sostenido por el Libertador. Una de las sublevaciones más importantes fue la del General José Tadeo Monagas que siempre tuvo dudas sobre la separación, pero que al saber la muerte del Libertador justificó su revolución abogando por un “Estado Oriental” constituido por las provincias de Barcelona, Cumaná, Margarita y Guayana. Esta última fue comprometida al calor de un movimiento insurreccional encabezado por el Coronel Remigio Femayor, el cual sometió al Comandante de Armas Juan Antonio Mirabal y derrocó al Gobernador Eusebio Afanador, que ejercía tal función tras ser declarada Venezuela como República soberana e independiente.
         Páez tratando de consolidar la unidad en torno al proyecto de soberanía venezolana, evitó el enfrentamiento con los sublevados y abrió negociaciones, especialmente con Monagas, de quien logró un acuerdo suscrito el 23 de junio que incluía indulto pleno para todos los jefes comprometidos y respeto absoluto a las vidas, bienes y grados militares. Más esto no valió para Guayana, pues el Coronel Pedro Hernández, recién nombrado con el grado de General de Brigada, Comandante General de Operaciones de la Provincia, ordenó sin fórmula de juicio el fusilamiento (6 de agosto) en la Plaza de Angostura, del Coronel Remigio Femayor junto con el teniente Nicolás Quiroga y el Sargento Justo Prieto.
         Pedro Hernández, natural de El Chaparro, a pesar de su jerarquía de General no sabía leer ni escribir, pero fue un valiente soldado de la Caballería de Piar al igual que Remigio Femayor, pero ambos no se pasaban hasta el día en que “El Chingo Hernández” como era apodado, se aprovechó de la coyuntura para quitar definitivamente del medio al Coronel Femayor y a otros tres de sus hombres de confianza.  El coronel Remigio Femayor, había sido Jefe del Escuadrón de la Guardia de Honor de Piar y fue soldado de caballería desde 1812 al lado de Villapol y José Tadeo Monagas.  Fue fusilado en la misma plaza que le sirvió de cadalso a su otrora comandante Piar.
          Este fusilamiento ocurrido el Día de nuestra Señora de las Nieves (5 de agosto) provocó la protesta indignada y renuncia del Gobernador Eusebio Afanador, enrolado en la causa independentista desde 1811 junto con sus cinco hermanos.  Había sufrido prisión por esa causa y consolidada la República, representó a Guayana en el Congreso de Angostura y como Senador en el Congreso de Bogotá de 1825.  Apoyo decididamente la disolución de la Gran Colombia y separado de la magistratura regional se retiró de la vida política.  Falleció en Angostura el 12 de julio de 1849.
         Ejerciendo provisionalmente su cargo de Gobernador  quedaron en su calidad de Vicepresidentes Bibiano Vidal y finalmente Pedro Volastero, bajo cuyo mandato estalló la sublevación de los negros que en Angostura y desde los mismos tiempos de la Colonia trabajaban en las casas familiares de los blancos. .
         . La sublevación estalló el 24 de febrero de 1832,  Tomaron el Parque de Artillería, pero luego fueron sometidos. Tres de ellos murieron en la refriega y los cabecillas del movimiento fusilados al mediodía del 7 y 8 de mayo en los antiguos predios del Fuerte San Gabriel entonces ocupados por el Mercado. Otros con menos cargos sufrieron condena por cinco años en los presidios de Maracaibo y Puerto Cabello.
         Los cabecillas de la llamada Rebelión de los Negros pasados por las armas fueron: Eusebio Contasti, esclavo de la familia Contasti; Francisco y Bruno Basanta, Felipe y José del Carmen Ferrán, esclavos de la familia Ferrán y Ezequiel, esclavo de la familia Burmeister.
         La libertad de los esclavos proclamada por el Libertador y establecidas en las leyes, no terminaba de surtir efecto y los negros esclavos desesperados prefirieron acelerar el camino hacia la muerte mediante la rebelión, antes que adaptarse a la parsimonia hipócrita de quienes ostentaban el Poder.
Los negros esclavos que traían a Angostura los ponían en cuarentena debajo de una frondosa Ceiba del puerto de La Trinidad, antes de ser entregados a los compradores.  De ese tiempo es este canto y baile “El Papelón” (tipo guasón) rescatado por Fitzí Miranda:
         “Mi amita chupa caña / mi amito bebe ron / y yo tengo un hermanito / que se roba el papelón / Los blancos usan zapatos / y chinelas con tacón / los negros manumisos / llevan pelao el talón / Suda el negro en el trapiche / para hacerle el amo el ron / escupiéndole a la caña / la saliva del rencor / Ceiba de la Trinidad / cuna de la rebelión / sombra de la libertad / grito de revolución”.
         En Guayana, al igual que en el resto de las provincias, los colonizadores introdujeron negros esclavos, generalmente para el servicio de hacendados, comerciantes y particulares. Hasta el dinámico y progresista Manuel Centurión tenía esclavos, los cuales libertó al separase de la Gobernación, pero nadie en Angostura siguió su ejemplo. Todavía en 1845 se vendían esclavos como lo demuestra un documento registrado en el Cantón de Upata en diciembre de ese año en que José de la Cruz Arias da en venta pública a José Odremán un esclavo de nombre José, de estatura regular, color sambo claro y como de 36 años, por al cantidad de 300 pesos de los de ocho reales.

          

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