Desde 1893, año en que Joaquín
Crespo ascendió al Poder cabalgando la llamada Revolución Legalista contra el
continuismo de Andueza Palacio, hasta 1899 que lo hace Cipriano Castro a través
de una insurgencia emprendida desde las fronteras andinas, pasaron por la
Presidencia del Estado Bolívar los generales Manuel González Gil, Ernesto
García y Nicolás Rolando.
Manuel González Gil, a quien Crespo sostenía con 700
hombres protegiendo sus intereses ganaderos en el Caura, era el hombre
destinado por él a encabezar la revolución legalista en Guayana, pero no fue
bienvenido en la División Roscio que ya sobre el Paso de Guri se dirigía a la
capital bolivarense, bajo las órdenes de los generales José María Hernández (El
Mocho) y Domingo Sifontes.
De
suerte que su alternativa fue regresar a al región del Caura y esperar que la
Revolución triunfara como en efecto triunfó tras la derrota del general Santo
Carrera y del Presidente del Estado, Juan Teófilo Siegert hijo, en Orocopiche.
El
general José María Hernández asumió la Jefatura Civil y Militar del Estado el
13 de agosto de 1892, cuando la División entró a Ciudad Bolívar, pero apenas
permaneció en el Poder hasta comienzos del 93 cuando dejó la Jefatura civil y militar
del Estado en manos del general Manuel González Gil, para ir a formar parte de
la Asamblea Nacional Constituyente
convocada por Joaquín Crespo y la cual
sancionó una nueva Constitución el 12 de junio de 1893.
Esta
Constitución elevó a cuatro años el período constitucional, cercenó la
autonomía municipal, pero adoptó la elección directa del presidente de la
República a través del voto libre y secreto.
Para
el período constitucional 1894-1898, el general Manuel González Gil, jefe civil
y militar, fue electo Presidente del Estado por la Asamblea Legislativa y su
gestión político-administrativa resultó ser al cabo de cuatro años, del mismo
corte y estilo del gobierno a nivel nacional: “una curiosa combinación de
libertades políticas y corrupción administrativa”.
Su
gobierno fue tan malo que la Asamblea Legislativa, presidida por Pablo María
Echenique, acordó un Voto de Censura “por el estado de bancarrota en que ha
dejado a esta entidad federal y por la desmoralización en que quedaron, por su
causa, ramas del Poder Público”.
Con
la imposición del general Ignacio Andrade a través de un fraude electoral para
el período 1898-1902 en contra del general José María (El Mocho) Hernández,
fundador del Partido Liberal Nacionalista, verdadero ganador de las elecciones,
llegó al Estado Bolívar otro gobernante foráneo: el general Ernesto García.
El
general Ernesto García llegó en el vapor nacional Guanare acompañado de su esposa, de su padre
José Miguel García y su hermana Ana Olimpia de Gómez, para juramentarse como
Presidente del Estado el 5 de febrero de 1898.
Llegó
con antelación, el 22 de enero, y en la ocasión el trisemanario El
Anunciador, editado en la Tipografía La Empresa y dirigida por Alfredo
Mario Blanco desde la calle Miscelánea Nº 22, publicó un editorial en el que
destacó que “Los pueblos de las Secciones Guayana y Apure que forman el Estado
Bolívar anhelan la transición constitucional porque de ello depende en parte el
cambio favorable de esta pésima situación económica que venimos atravesando y que
tiene agobiado al comercio y a la industria en general”.
El
desconocimiento del triunfo del general José María Hernández provocó la
insurrección de éste y para combatirlo militarmente el Gobierno de Andrade
encomendó la tarea al general Joaquín Crespo, quien pereció en la Mata
Carmelera, Portuguesa. El Mocho Hernández no supo aprovechar la coyuntura sino
que suspendió las hostilidades temporalmente, dándole tiempo así al Gobierno
par reorganizarse y maniobrar militarmente
contra sus fuerzas hasta liquidarlo
y hacerlo preso.
El
levantamiento de Hernández tuvo repercusiones en algunos Estados como Bolívar
donde se alzaron también sus partidarios de la Región del Yuruary, 800 hombres
al mando del Gral. Inocente Fernández trataron de tomar la Plaza de Guasipati,
pero fueron derrotados por tropas de la Quinta Circunscripción Militar de la
República, al mando de los Generales Tomás Briceño y Diego Bautista Ferrer,
auxiliados oportunamente por un Batallón venido de Cumaná (Estado Bermúdez) al
mando del general Martín A. Marcano, a quien le toco someter las fuerzas de
Zoilo Vidal (El Caribe Vidal) y Rafael Fernández, en Guri.
Para
fortalecer al Gobierno del Gral. Ernesto García, el Presidente Andrade designó
al hermano de aquél, general J. M. García Gómez, Comisionado Especial y
Representante del Ejecutivo Nacional en el Estado Bolívar y le dio la
Comandancia de Armas al general Pablo Guzmán.
Con
Joaquín Crespo habían llegado las corridas de toros a Guayana. Al fin y al cabo
era él uno de los ganaderos más importantes del Estado en sabanas de al región
del Caura. En los días de ascenso a la Presidencia del Estado del general
Ernesto García, se abrió la temporada con el Circo Alegría cuyo
empresario era el propio matador Ezequiel Rodríguez.
Era
una diversión de sangre y arena que divertía a los citadinos y que venía a
complementar la actividad artística que tenía como escenario el Teatro
Bolívar. Para entonces, 22 de enero de 1898, se constituyó en la ciudad
la Sociedad
Talía presidida por Guillermo Eugenio Monch, sucesor del Siegert en eso
de los amargos fortificantes. Ofrecía a falta de Amargo Angostura que ahora
residía en la vecina Isla de Trinidad, el Amargo de Ciudad Bolívar, como gran
específico para fortalecer los órganos de la digestión, preparado sólo con
vegetales principalmente indígenas.
La
Sociedad Talía tenía por objeto coadyuvar a la actividad artística en
el Teatro
Bolívar a través de conciertos vocales e instrumentales. Asimismo
sensibilizar la conciencia pública en función de comportamientos más
civilizados que desde tiempos de Guzmán Blanco se vieron patentizados en la
forma de jugar los Carnavales, pues estos siempre se dieron de una manera muy
primitiva.
De
allí que El Anunciador que venía circulando como trisemanario desde el 2
de junio de 1885, se expresase en los siguientes términos: “Mañana (20 de febrero de 1898)
comienzan los Carnavales que la civilización y la cultura han hecho un juego
social desterrando el uso del agua y la
pintura. Esta es una de las conquistas del Partido Liberal bajo la ágil
dirección del Gral. Guzmán Blanco, que sustituyó las antiguas prácticas del
Carnaval con fiestas cultas. Antes las familias tenían que enclaustrarse
durante tres días para no exponerse a los desmanes de al multitud desenfrenada
que todo lo enlodaba”.
Pero
así como el pueblo se contagiaba con la alegría en tiempos de fiesta, podía
igualmente apenarse por la muerte de seres estupendos como el doctor Andrés de
Jesús Montes, miembro de corporaciones científicas y de letras y decano del
cuerpo consular de Chile en la ciudad, y de Jesús María Ortega, decano del
gremio de impresores, fundador del primer diario que tuvo Guayana. Montes
falleció el 31 de marzo de 1898 y Ortega el 21 de enero de 1899.
El
Presidente del Estado se cortaba el pelo en la Barbería Francesa de J. M.
Castellani, trasladada en esos días a la calle Orinoco, al lado de la Casa
Mercantil de A. Battistini & Cia. García que inició su mandato teniendo
como Secretario General al historiador Bartolomé Tavera Acosta, no tuvo mucho tiempo
en el mando pues en 1899 Andrade caería
derrocado por el alzamiento desde los Andes del general Cipriano Castro. Apenas
tuvo tiempo para un Decreto mandando a formar un jardín en la Plaza Miranda y
en cada uno de los ángulos sendo bustos de bronces de Manuel Cedeño, Cornelio
Muñoz, José Tomás Machado y Ascensión Farreras. La ornamentación de la Plaza
Miranda se dio con el tiempo, lo imposible fueron los bustos de bronce. El
busto de bronce que al final vino a presidir la Plaza fue el de Juan Bautista
Dalla-Costa, decretado por el Presidente Sarría Hurtado el 27 de mayo de 1901.
La
llegada del general Cipriano Castro a la Presidencia de la República en octubre
de 1899, provocó automáticamente la caída del Presidente del Estado Bolívar,
general Ernesto García, quien cedió el lugar al general Nicolás Rolando, en
calidad de jefe Civil y Militar. Rolando inició su mandato con Aniceto González
en la Secretaría General y gobernó hasta abril de 1900 cuando fue sustituido
por el general Lorenzo Guevara, luego de pacificar al Estado junto con el
general José Manuel Peñaloza, tras un alzamiento “Mochista” que comenzó en
Orocopiche y finalizó en Monacal.
El
general Rolando terminará rompiendo con Castro y se enfrentará a él desde las
filas de la Revolución Libertadora que tuvo a Ciudad Bolívar como último
reducto. Cuando Gómez rompió con Castro, fue al exterior por enfermedad y
falleció en Caracas poco después de su regreso, en 1914, a los 56 años de edad.
Este
caudillo militar y político había nacido en Barcelona de Anzoátegui, el 27 de
enero de 1858, hijo del inmigrante genovés Andrés rolando y de Isidra
Monteverdi. Era farmacéutico graduado en la UCV. Fue figura destacada del
liberalismo al lado del Joaquín Crespo y además de Jefe Militar de Guayana,
Presidente del Estado Sucre y Ministro de Fomento.
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