El 20 de noviembre de 1817, dos días
antes de marchar en campaña sobre los Llanos y el Occidente de Venezuela, el
Jefe Supremo Simón Bolívar estampó su firma en el siguiente Decreto:
“Habiéndose aumentado el número de
Provincias que componen la República de Venezuela por la incorporación de la de
Guayana decretada el 15 de octubre último, ha decretado y decreto:
“Artículo Único.- A las siete estrellas
que lleva la Bandera Nacional de Venezuela se añadirá una, como emblema de la
provincia de Guayana de modo que el número de las estrellas será en delante de
ocho”.
Desde entonces el Tricolor Nacional
comenzó a flamear con ocho estrellas azules colocadas en línea recta a lo ancho
de la franja amarilla hasta que por Decreto del Congreso General de Cúcuta, el
cual se instaló en mayo y clausuró sus sesiones el 14 de octubre de 1821, se
dispuso que el Pabellón de Colombia continuara siendo el mismo proclamado en
Venezuela en 1811, agregándole el Escudo de la Nueva Granada.
A raíz de la disolución de al Gran
Colombia en 1830, el congreso Constituyente de Venezuela, reunido en Valencia bajo
al presidencia del doctor Miguel Peña, adoptó la misma Bandera (amarillo, azul
y rojo), pero sin estrellas y con las cornucopias del Escudo invertidas.
En 1836, Presidencia del doctor José
María Vargas, se dispuso reubicar el Escudo de Armas en el tercio de la franja
amarilla.
La Guerra Federal o Guerra de los Cinco
Años iniciada en Coro por los Generales Juan Crisóstomo Falcón y Ezequiel
Zamora, enarboló junto con la divisa amarilla de la revolución la Bandera
Nacional con las primitivas estrellas azules en línea recta sobre franja
amarilla, pero en número de siete y no de ocho como lo había dispuesto el
Libertador.
En 1930, Dictadura de Juan Vicente
Gómez, se adoptó la Bandera de nuestros días, es decir, con las siete estrellas
blancas en el centro formando arco de círculo con la convexidad hacia arriba.
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