|
Militar
y funcionario español de origen vasco que gobernó la provincia de Guayana entre
1797 y 1810 cuando los angostureños se sumaron momentáneamente al 19 de Abril.
Recibió a Humboldt y Bonpland al final de su expedición científica por el
Orinoco y Río Negro.
El recorrido y estudio hecho por
Inciarte del Bajo Orinoco en 1779, pesó para que lo nombrasen Gobernador de la
Provincia en 1797 y se mantuviera por un largo lapso de trece años (1797-1810).
De manera que a Inciarte le tocó
inaugurar el siglo diecinueve en Guayana. Fue anfitrión del barón Alejandro de
Humboldt y Aimé Bonpland, cuando tras explorar el Orinoco y Río Negro
descansaron en Angostura durante un mes.
Ambos científicos quedaron
impresionados de la ciudad capital. La encontraron encantadora, con casas de
piedra y mampostería, altas y agradables, empinadas frente a un río surcado por
curiaras y piraguas que alborotaban caimanes en tiempos de crecida. Los
exploradores, después de tanto desandar ríos y desentrañar bosques y montañas
arrancándoles las más raras muestras botánicas, apreciaron una ciudad de seis
mil habitantes azotados por periódicas nubes de mosquitos que despegaban de una
pintoresca como singular Laguna, y por fiebres malignas que los doctores y
boticarios aplacaban con preparados de miel y amargos extractos de quina.
Cuando Humboldt y Bonpland llegaron a
Angostura en 1800, la Catedral se hallaba sin Obispo y cubriendo su falta
estaba el vicario José Bentura Cabello. No será sino en diciembre del año
siguiente cuando llega Monseñor José Antonio García Mohedano para morir en el
ejercicio de su apostolado tres años después (1804).
El teniente coronel don Felipe
Inciarte, trató de secularizar las misiones de los capuchinos y no obstante los
esfuerzos hechos para poblar el Bajo Orinoco y acelerar la realización de
planes en función del desarrollo económico de la región, tuvo poco éxito debido
a la falta de apoyo por parte de España. De allí que su administración resultara
opaca y criticada por el descontento colectivo. Ante los ojos de algunos
historiadores, don Felipe Inciarte aparece como administrador poco eficiente.
Sobregirado siempre, dejó la hacienda con una deuda cercana a los cinco
millones de reales y esto, evidentemente, produjo descontento e intrigas que
precipitaron su renuncia a raíz de los acontecimientos revolucionarios
iniciados en Caracas el 19 de abril de 1810 y que rápidamente repercutieron en
Guayana.
Permaneció en Guayana hasta finales de
1810 cuando fue destinado a la gobernación de Florida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario