Ingeniero
militar nacido en España en 1736 y fallecido en su mismo país en 1802. Fue
Gobernador y Comandante General de la Provincia de Guayana entre enero de 1785
y septiembre de 1790.
Miguel
Marmión era gobernador interino de la provincia de Cumaná cuando en diciembre
de 1784 el rey dispuso su nombramiento como Gobernador y Comandante General de
la provincia de Guayana a donde llegó y tomó posesión y 7 de enero del año
siguiente.
Después de Centurión era el Gobernador
más ilustrado llegado a Guayana y con la experiencia de haber realizado obras
de fortificación en Puerto Cabello. Tenía 45 años de edad e inmediatamente puso
a prueba su capacidad en función del
desarrollo de la provincia. Levantó un informe que envió al rey el 10 de
julio de 1788 en el que se refiere a la región como la llave de las comunicación
entre las provincias de Cumaná, Casanare, Nueva Granada y el litoral atlántico utilizando
el Orinoco como la vía más expedita; advierte el peligro de la penetración
extranjera a orillas del río Esequibo y señala que ella se cumple a través de
la implantación de conuqueros; plantea la necesidad de poblar las zonas
limítrofes así como de proporcionar a familias españolas pobres 25 a 30 vacas,
para lograr una política de asentamiento eficaz. Calcula la población en 24.395
habitantes. Su política de no permitir la fundación de más pueblos de misión,
de que la administración de bienes y hatos de éstos no estuviese en manos de
religiosos, y de integrar familias españolas a esas comunidades, produjo un
serio enfrentamiento con las autoridades de las misiones capuchinas catalanas
establecidas en la provincia.
Marmión gobernó hasta 1790 y en el
curso de su mandato se envió por primera vez a Madrid un lote de madera
guayanesa para su estudio, se fundó la Misión de Tumeremo; Upata aumentó su
producción de tabaco a 600 pacas por año; se levantó un censo pecuario que
situó la ganadería en 220 mil cabezas; se adelantó la construcción de la Cárcel
Real próxima al Fuerte San Gabriel cuyos muros arruinaban las embestidas del
Orinoco; se propuso la construcción de una Casa Fuerte a orillas del río
Corumo, elaboró proyectos para fomentar el cultivo del cacao, el algodón y el
añil y resolvió el problema de la falta de ejidos de la ciudad capital.
La tarea técnica de enmarcar los ejidos
fue cumplida por el agrimensor Luis Martín y a la ciudad de Angostura le
asignaron sendas leguas por cada vientos, rumbo a punto cardinal y dos leguas y
media al Sur para compensar la
interferencia del Orinoco por el Norte. Las leguas se comenzaron a contar desde
el arrabal más extremo de cada rumbo y así el lindero ejidal del Este quedó en
la boca del río Marhuanta, el del Oeste en el cerro San Martín casi a la orilla
del Orinoco y junto al río Orocopiche y el más lejano del Sur fue trazado desde
el cerro San Martín hasta la boca del Marhuanta pasando por el cerrito
Botijones.
En febrero de 1790 se le confiere el grado de
ingeniero en Jefe y recibe la noticia de que la provincia será elevada a la
categoría de Diócesis por lo que debe reanudar los trabajos de construcción de
la Catedral, hasta entonces paralizados debido a que los recursos impositivos
que le había asignado Centurión fueron desviados para proseguir los trabajos de
la Cárcel.
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