Juan Bautista Dalla Costa, tal vez por
ser italiano pues nació en Verona el 13 de mayo de 1791, no acompañó al
brigadier Miguel de La Torre después del sitio sino que se quedó en Angostura
donde tenía establecido un comercio y, por supuesto, los patriotas necesitaban
de su condición de tal y lo trataron muy bien, hasta el punto de convertirse en
tertuliano del Libertador. Bolívar hablaba un poco de italiano pues en 1805
había estado en Roma visitando el Monte Aventino después de una interminable
caminata desde París en compañía de don Simón Rodríguez, su gran maestro.
Conocía a Venecia, Verona, Padua, Farrera y Florencia, por lo que la
conversación siempre le resultó agradable con Juan Bautista Dalla Costa que en
esos días de marzo de 1818 terminó casándose con Isabel Soublette Jeres
Aristiguieta, hermana del General Carlos Soublette que era el Jefe del Estado
Mayor General del Ejército Libertador con su Cuartel General en Angostura.
De ese matrimonio nacieron siete hijos,
entre ellos, Antonio, Gobernador de Guayana en 1872; Teresa, casada con Leandro
Miranda, hijo del Generalísimo y Juan Bautista, Gobernador de Guayana en tres períodos.
A la muerte de su esposa Isabel en
octubre de 1833, contrajo matrimonio con Belén Fortique y tuvo siete hijos más,
entre ellos, Federico que fue Gobernador de Guayana entre 1865-66; Alfredo que
se casó con Emilia Boulton y Teresa con Alfredo Boulton.
Desde 1820 que formó parte del tercer
Concejo Municipal de Angostura durante la República, en calidad de Síndico
Procurador, Juan Bautista Dalla Costa (padre) comenzó a alternar su próspera
firma mercantil “Juan Bautista Dalla Costa e hijos” con la política y la acción
pública. Quería y en ese sentido hizo esfuerzos por materializarlo, que
Angostura fuese como algunas ciudades italianas con sus calles empedradas, aseo
y ornato organizado al igual que su alumbrado público, escuelas, arquitectura
civil y mercado. Aquel Mercado pintoresco y bullicioso que moró hasta la época
de Eudoro Sánchez Lanz en el Mirador Angostura, fue obra de Juan Batista Dalla
Costa y el cual llevó al geógrafo y militar italiano Agustín Codazi (1793-1859)
escribir en su geografía de Venezuela que “Angostura es la única ciudad de esta
República que tiene un edificio elegante y a propósito para mercado público a
imitación de los Estado Unidos, pero proporcionado a la población”.
Juan Bautista Dalla Costa siempre
estuvo y quiso estar detrás del Poder, por supuesto, en función de su gran Casa
Mercantil que comercialmente dominaba todo el arco sur del Orinoco. Por eso se casó con una hermana de Carlos
Soublette y enderezó a sus hijos varones, especialmente Antonio, el mayor; Juan Bautista y Federico, por ese camino. Solo tuvo un inconveniente: la llegada al
Poder del General Tomás de Heres, prócer de la Independencia a la par que Páez
y Soublette, quienes siempre respetaron su jerarquía y lo favorecieron como
caudillo de la provincia de Guayana a pesar de la oposición rotunda de la gente
intelectualmente notable que logró Dalla Costa agrupar a su alrededor con el
atractivo nombre de Sociedad Filantrópica que sólo pudo acceder al Poder cuando a
causa de un atentado alevoso, Heres quedó
sepultado dos metros bajo tierra.
Efectivamente, después de Urdaneta
cuyas acciones nunca convencieron a los filántropos, vinieron las elecciones de
1843 que llevó por segunda vez a Carlos Soublette al Poder y en Guayana a
Francisco Avendaño, respetable por su hoja de servicio a favor de la
Independencia y con la experiencia de haber sido Gobernador de la Provincia de
Cumaná y Ministro de Guerra de Carlos Soublette. Su designación fue el resultado de un acuerdo
previo de Soublette con Dalla Costa, por eso el viejo zorro genovés pudo
sonreír a sus anchas para desconsuelo y amargura de los antiguos seguidores de
Heres que asumieron en la oposición la misma rebeldía implacable de los
liberales. Avendaño, quien era nativo de Cumaná, asumió
el Poder el 9 de mayo y en febrero de
1845, fue ratificado en la Gobernación para un segundo período que se vio
obligado a interrumpir en agosto exigido por Soublette para ocupar la
Secretaría en los Departamentos de
Guerra y Marina. Entonces dejó en su lugar al sustituto legal, Capitán José
Tomás Machado. Pero Soublette que ya
cumplía su último año en el Poder no quería irse sin dejar cumplida su promesa
de cambiarle el nombre a Angostura por el de Ciudad Bolívar y así el Congreso
Nacional presidido por el senador Rafael Enriquez debatió el decreto sancionado
el 30 de mayo de 1846 y ejecutado al siguiente día por el Presidente Soublette
con la disposición expresa de comenzar a cumplirse con todas las formalidades
el 24 de julio de ese mismo año.
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